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La insaciable SGAE también va a por las tunas

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(Telecinco.es).- La Sociedad General de Autores prosigue con su labor. Su última presa es la tuna. Según publica el diario El Economista, la entidad de Teddy Bautista está recaudando fondos por las actuaciones «sin ánimo de lucro» de estos músicos. Tal como afirman desde el Consejo Nacional de Tunas Universitarias, «nos han empezado a reclamar el repertorio de las actuaciones para llevarse su parte».

«Van a hundir a las tunas. Nuestras actuaciones no tienen ánimo de lucro y el pago que nos están exigiendo provoca que perdamos mucho dinero», comenta el presidente del Consejo Nacional de Tunas, Joseba Molina.

Según Molina, la Sociedad General de Autores y Editores están exigiendo unos pagos desorbitados que no pueden soportar los músicos universitarios. Cada año se celebran en nuestro país alrededor de 20 a 30 certámenes de tunas de distintas facultades y, según denuncian, algunos de sus miembros «nos han empezado a reclamar el repertorio de nuestras actuaciones para llevarse su parte, en muchos casos aunque ni siquiera cobremos por la entrada».

Al parecer, los representantes de la SGAE están «empezando a reclamar el repertorio para llevarse su parte», pero «en muchas ocasiones ni siquiera cobramos por la entrada», según explican los tuneros.

Así, Molina explica que «cuando se organiza algún evento podemos cobrar entrada pero no con ánimo de lucro, sino sólo para sufragar el viaje y los gastos del alojamiento». De esta manera, según denuncia, «si la SGAE nos cobra por la representación, acabamos perdiendo dinero».
Tal y como publica El Economista, «cada año se celebran en España alrededor de 20 o 30 certámenes de tunas».
La política de la SGAE pasa por proteger a las obras con derechos de autor y cobrar los cánones estipulados por su uso.

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Internautas madrileños lanzan la campaña: «Si eres legal, comparte»

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Internautas madrileños han creado una contracampaña en Internet contra la «criminalización» de las descargas p2p y las «mentiras» sobre la propiedad intelectual del Ministerio de Cultura. Así, la plataforma Hacktivistas.net asegura que la creación se defiende compartiéndola, por lo que han desarrollado una web que recuerda a la creada por Cultura pero cuyo mensaje es el opuesto.
Los impulsores de esta iniciativa señalan que compartir cultura por Internet es «perfectamente legal» en España, ya que «no existe ninguna sentencia en contra de ningún portal o usuario de P2P que haya promovido o descargado música o películas protegidas con copyright».
«Además, en 2006, la Fiscalía General estableció que compartir música o películas no puede ser perseguido penalmente, y que el mero hecho de descargárselas está amparado por el derecho de copia privada, un derecho que debemos seguir ejerciendo y exigiendo. Por la vía civil es imposible que te demanden pues sería ilegal por un asunto civil que revelasen quien está detrás de tu IP», agregan.
Por otro lado, los impulsores de la contracampaña indican que los estudios realizados por entidades independientes demuestran que la imposición respecto al canon está «muy por encima de como debería estar», además de «no existir ninguna claridad ni en la recaudación ni en la distribución del dinero recaudado por entidades como SGAE».
«Detrás de unos poquísimos autores y artistas, hay una industria que se lucra con porcentajes escandalosos, los explota y abandona cuando se salen de la fila, pero la gran mayoría de artistas y autores no se beneficia de esa industria y han contribuido a la creación de un nuevo modelo cultural que les ha beneficiado enormemente; el P2P e Internet han permitiendo que los autores y los artistas se profesionalicen y consoliden, ofreciendo nuevos modelos de negocio sin tener que ser expoliados por unos gestores culturales o por discográficas con un modelo de negocio obsoleto, lo que hace que dicha industria obsoleta esté intentando modificar leyes para anular las libertades y penalizar el derecho de acceso a la cultura», aseguran.
Ademas, los activistas manifestaron que sólo en la campaña »Si eres legal, eres legal», el Ministerio de Cultura se ha gastado más de un millón y medio de euros de fondos públicos. «La web oficial de la campaña está plagada de mentiras, y ya ha sido criticada por varias asociaciones ciudadanas. Entre otras, FACUA, una asociación de consumidores, mantiene que la campaña no solo extiende mentiras y va contra los ciudadanos sino que es ilegal», apuntan.
Por último, los creadores de la contracampaña advierten de que descargar música de Internet no es piratería. «Desde el tiempo de los casettes se hacían campañas anunciando que la copia de estos llevaría a la quiebra a la industria, después esto pasó con los CD y ahora con el p2p. Si no hubiera sido por el conocimiento que se distribuyó a través de las copias de estos cassettes, seguramente músicos como Ramoncín no hubieran sido capaces de hacer ni un solo tema musical», concluyen.
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Blogs: la revolución de los usuarios

Traigo a colación aquí este interesante artículo sobre los blogs, uno de los avances tecnológicos más revolucionarios del siglo XXI, un auténtico elemento democratizador de la llamada sociedad de la información. Del mismo, extraigo las siguientes frases, a modo de conclusiones:

La posibilidad de que cualquier persona pueda publicar en Internet con suma facilidad sus opiniones sobre cualquier cosa es algo que inquieta a muchos.

Desde este pasado verano están llegando señales desde el Parlamento Europeo de una voluntad de controlar lo que se dice en los weblogs.

Quienes peor parecen llevar en los últimos tiempos el asunto de que cualquiera pueda escribir lo que le venga en gana y llegar con esa información a potencialmente todo el mundo son algunos políticos.

LA REVOLUCION DE LOS USUARIOS


Por Javier Pedreira «Wicho»,

Publicado el 12/10/2008 en LA VOZ DE GALICIA

La aparición en los últimos años de sistemas de publicación de weblogs o bitácoras, como Blogger o La Coctelera, por citar un par de ellos, han permitido que cualquier usuario de ordenador sin ningún tipo de conocimiento técnico pueda publicar y mantener contenidos en Internet, hasta el punto de que la enorme facilidad de crear y mantener espacios de este tipo ha hecho que su número se multiplicara rápidamente y hoy se cuentan unos 120 millones de weblogs en Internet, aunque muchos de ellos están inactivos.

Pronto los buscadores comenzaron a valorar muy positivamente estos contenidos creados por los usuarios, colocándolos muy arriba en los resultados de las búsquedas, lo que se convirtió en una sorpresa más bien desagradable para muchas empresas, medios de comunicación y políticos.

Y es que de repente ya no era nada sencillo controlar lo que se decía de uno en la Red ni asegurarse de que la única información que circulaba con facilidad era «la versión oficial», algo especialmente importante cuando los usuarios, cada vez más, recurren a la Red para buscar información acerca de lo que les interesa.

Reacciones de todos los tipos

Las empresas hubieron de acostumbrarse a que sus clientes publiquen sus opiniones en Internet y a que a menudo estas páginas creadas por los ellos aparezcan antes en los buscadores que las creadas por las propias empresas.
Muchas aún no saben muy bien cómo reaccionar a esto y optan por no dar señales de vida. Otras, equivocándose de plano, han optado por iniciar acciones legales contra los autores de ciertas páginas exigiendo su retirada, muy a menudo consiguiendo precisamente el efecto contrario al pretendido, ya que lo que suele suceder en estos casos es que esa información se ve reproducida en numerosos otros sitios. Algunas, sin embargo, han sabido adaptarse más o menos rápidamente a esta nueva situación, e incluso se han visto casos de colaboración entre empresas y usuarios a la hora de mejorar un producto, como por ejemplo los robots de Lego MindStorms, casos en los que todo el mundo gana.
Los medios de comunicación, que no necesariamente los periodistas que los hacen, por su parte, también han tenido que tragarse una medicina más bien amarga cuando han visto cómo los ciudadanos de a pie se ponían a producir su propia información, en muchas ocasiones más precisa que la que aparece en estos medios, o como estos mismos ciudadanos vigilan y matizan lo que se dice en los medios tradicionales desde sus espacios en Internet.
Igual que en el caso de las empresas que venden productos o servicios, los medios han pasado por varias etapas en su relación con los weblogs y sus creadores, empezando por ignorarlos en un primer momento, por denostarlos y poner en duda su credibilidad en una segunda fase, por ir reconociendo poco a poco y a regañadientes sus méritos en una tercera fase, y finalmente, al menos hasta ahora, por reconocer la importancia de los contenidos creados por los usuarios y adoptarlos de forma más o menos entusiasta y convencida.
Políticos e Internet
Pero quienes peor parecen llevar en los últimos tiempos el asunto de que cualquiera pueda escribir lo que le venga en gana y llegar con esa información a potencialmente todo el mundo son algunos políticos.
Dejando aparte sus intentos por controlar y poner freno a los distintos sistemas de intercambio de archivos a instancias de diversas entidades de gestión de derechos de autor, algo que por ahora parece condenado al fracaso y que en cualquier caso daría para escribir varias páginas al respecto, desde este pasado verano están llegando señales desde el Parlamento Europeo de una voluntad de controlar lo que se dice en los weblogs.
Poco antes de las vacaciones de verano del Parlamento, la europarlamentaria estonia Marianne Miko proponía la creación de un registro voluntario de bloggers en el que se registraría la identidad de los autores, sus intereses políticos o sociales y la responsabilidad social de estos, argumentando que no se puede saber si lo que dice un blog es cierto y que hace falta saber las posibles motivaciones del blogger , como en contraposición a los medios tradicionales, que los políticos parecen querer asumir que nunca se equivocan ni que tienen intereses más allá de informar al público.
Esta propuesta fue desestimada a finales del pasado mes, pero ello no ha sido óbice para que se siga hablando de ella y que Mikko y otros políticos hayan seguido mencionando la necesidad de regular los blogs y su funcionamiento, algo que personalmente me parece terriblemente equivocado.
Y es que puede que yo peque de inocente, pero personalmente el que cualquiera que esté al lado adecuado de la brecha digital pueda publicar lo que quiera me parece uno de los mayores avances que nos ha traído la tecnología en los últimos años, aunque esto no quiera decir que piense que amparándose en el anonimato que ofrece Internet cualquiera pueda decir impunemente cualquier cosa, aunque este tema también daría para otra página.