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I Blogtrip «L’Oli d’Olesa»: conociendo el aceite de oliva de Olesa de Montserrat

El uso de blogtrips es un efectivo método para dar a conocer los recursos turísticos, que en esta ocasión ha llegado a la comarca en la que resido, el Baix Llobregat, con el decidido apoyo del Consorci de Turisme del Baix Llobregat, junto con el Ayuntamiento de Olesa de Montserrat.

El pasado 3 de diciembre, tuve el placer de ser invitado a participar como bloguero en el I Presstrip «l’Oli d’Olesa de Montserrat», evento que como bien indica su lema gira en torno al aceite de oliva elaborado en Olesa de Montserrat. Un aceite que, además de ser el máximo exponente de esta localidad, elaborado a partir de la variedad «palomar», nos serviría como hilo conductor a la visita que durante una intensa mañana realizamos una treintena de blogueros y periodistas del sector turístico y gastronómico. Y cuando digo intensa, es porque así lo sentí: en duración (una mañana bien aprovechada), en sabores (embutidos, aceite, tapas) y en conocimientos (culturales y humanos).

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Antes de nada, quiero felicitar a Noemí Martínez y Laura García, del Consorci de Turisme del Baix Llobregat por haber llevado a cabo esta iniciativa, tan necesaria en una zona con importantes recursos turísticos como es el Baix Llobregat, aunque no tan aprovechados como los que tiene la cercana ciudad de Barcelona. Una iniciativa que cuenta con la colaboración imprescindible del Ayuntamiento de Olesa de Montserrat, cuyo alcalde, Salvador Prat, que considera que “Olesa tiene un gran potencial cultural, gastronómico y paisajístico que hay que potenciar y enseñar”. Un potencial del que el aceite, a nivel gastronómico, “no es su máximo exponente, pero tampoco el único”. 

Iniciamos la jornada en el Porche de Santa Oliva, donde el alcalde de Olesa, Salvador Prat, y la Consellera del Consorci de Turisme del Baix Llobregat, Maria Miranda, dirigieron unas palabras a los participantes, remarcando ambos la importancia del turismo gastronómico, apoyado en la calidad de los productos autóctonos de la comarca.

A partir de ahí, se inició una ruta guiada por el núcleo antiguo de la Villa de Olesa, explicada por el historiador olesano Xavier Rota, miembro de L’Arrel Acció Cultural, finalizando en el molino de aceite. Allí, los miembros de la Fundació Agrícola Olesana tomaron el relevo, explicando a los asistentes el proceso de elaboración del aceite en las propias instalaciones.

olivarSeguidamente, nos desplazamos en vehículos 4×4 a la viña de la familia Gibert, cuyo terreno está ubicado en la ladera de la montaña, lo que provoca que la recogida de la aceituna «palomar» sea forzosamente un proceso del todo artesanal, pues con esas inclinaciones es imposible introducir grandes máquinas. Hay que resaltar que el aceite obtenido en esta zona lleva cuatro años obteniendo la categoría de aceite virgen extra de oliva, quedando entre los 70 mejores aceites del mundo de entre los más de 3oo productores participantes en el 10º Concurso Internacional de Aceite de Oliva de Zurich.

Tras asistir a una demostración del proceso de recogida de las aceitunas, los asistentes participamos de un desayuno campestre, con degustación de embutidos artesanos de la zona, y por supuesto pan con aceite olesano. Además, pudimos conocer de cerca la cerveza artesanal olesana Déria, que se fabrica en Olesa, aunque con maltas y aguas procedentes de todo el mundo.

De regreso al centro de Olesa, se nos realizó una visita guiada al Teatro de la Pasión, el segundo teatro más grande del mundo, que acoge cada año la representación de la Pasión de Jesucristo, siendo los actores los habitantes del pueblo. Si las dimensiones del teatro son impresionantes, no lo es menos la implicación de los habitantes de Olesa en la Pasión, en la que incluso participan los niños, siempre deseosos de probar en una emotiva escena la «Coca de la Pasión«, que también nosotros pudimos degustar allí mismo.

teatro pasion olesa

Junto con el aceite, esta es la verdadera seña de identidad de los olesanos: la representacion de La Pasión, y su magnífico teatro. Un valor intangible, en el cual nos habría gustado profundizar, que proporciona fama mundial a esta localidad.

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La última etapa de la jornada nos llevaría al Mercado Municipal, cuyas paradas visitamos, hasta llegar al punto final del recorrido, en donde nos esperaba una degustación de tapas elaboradas por varios restaurantes de la villa (Olea, Cal Tallón, Cafè del Centre), en cuya elaboración se había utilizado el aceite de oliva olesano. Toda una delicia para los paladares, coordinada por la experta gastrónoma Eva Hausmann, propietaria del restaurante Olea.

Una jornada interesante, tanto para la villa de Olesa, como para los blogueros, que esperamos contribuirá a dar a conocer las especialidades gastronómicas de esta localidad, demostrando que el Baix Llobregat es algo más que una comarca industrial.

CONCLUSIONES:

– Resalto como principal factor positivo la organización en sí de un evento para dar a conocer una zona poco conocida en los circuitos turísticos, que también tiene sus atractivos. Este tipo de eventos, bien empleados, pueden contribuir a difundir el conocimiento de lugares con especial interés para el turismo, aprovechando la influencia de los blogueros en sus respectivos ámbitos.

– En cambio, la duración del evento ha resultado demasiado breve, no ha habido apenas tiempo para que los blogueros pudieramos interactuar entre nosotros y fomentar el networking, ni para ir compartiendo en las redes las publicaciones «en directo»  relativas al evento (factor muy importante).

– Habría sido interesante facilitar a los asistentes, previamente al evento, una relación de nombres, webs, y redes sociales, de los mismos, para conocerse mejor entre ellos.

– Podría haber habido mayor implicación de las empresas del sector turístico, comercial y gastronómico de la zona (con la excepción de los restaurantes que aportaron las tapas).

– La faceta gastronómica contaba con dos componentes:

a) El desayuno de payés, en el que echamos a faltar algún vasito de vino o cava (o incluso café), para acompañar a los embutidos, aunque sí había cerveza artesana, pero de la que solo pudimos catar un poco de cerveza tostada (a pesar de que se fabrican varios tipos, con materias primas no autóctonas). Lamentablemente, esa cerveza tiene una distribución muy reducida al ámbito local, no pudiendo adquirirse nada más que en los mercados medievales de la zona.

b) La degustación de tapas en el mercado, todas ellas realmente apetitosas y muy bien explicadas por los restauradores allí presentes, y unidas por el hilo conductor del aceite olesano. Todo un acierto.

En general, mi valoración es positiva, con algunos puntos a mejorar, y animo a todos los agentes implicados a seguir adelante en la promoción turística y gastronómica de las localidades del Baix Llobregat.

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